La
asertividad es la habilidad para expresar nuestros sentimientos o para
afirmar la propia opinión frente a la de otros, siempre de una
forma socialmente aceptable.
La asertividad se presenta como una forma de actuar diferente a otros
estilos: el pasivo y el agresivo. Las personas pasivas son complacientes
y se dejan manejar fácilmente por otros. No les gusta llevar
la contraria a nadie, pues creen que dando sus opiniones divergentes
o negándose a las peticiones de otros, podrían perder
su amistad. En cambio las personas agresivas tratan de hacerse respetar
de malos modos. En verdad no hace falta gritar, insultar o enfadarse
para conseguir las cosas. Incluso es más fácil sin eso.
Para sentirse asertivo es importante tener en cuenta lo siguiente: tenemos
derecho a juzgar nuestro propio comportamiento, independientemente de
las opiniones de los demás. Esto es importante para que nadie
nos haga sentir culpable por nada.
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